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Los Vicios (Peligros) del Ministro 2 PARTE

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LOS VICIOS (PELIGROS) DEL MINISTRO (2 Parte) Esta es la continuación y para poder entender el contexto de este artículo es muy importante que lea la 1 parte. El vicio del "mamonismo" "Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores" (1 Tim. 6:9-10). Jesús advirtió que no podemos "servir a Dios y a las riquezas." (Mat. 6:24). Mamón es la adoración a las riquezas. El problema no es el dinero en sí; el peligro es el amor al dinero. En el versículo 10 el apóstol cita un proverbio secular que dice: "El amor al dinero es la metrópolis [o el mundo] de todo mal". Aun cuando haya alguna diferencia de opinión en cuanto a si el versículo debe o no leerse "una raíz" o "la raíz de toda clase de mal

En Palabra o en Poder (2 parte)

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¿Es la absolución de los delitos pasados todo lo que distingue a un cristiano de un pecador? ¿Puede alguien llegar a ser un creyente en Cristo y no ser mejor de lo que era antes? ¿No ofrece el evangelio nada más que un hábil Abogado para lograr que unos pecadores culpables salgan sueltos en el día del Juicio? Creo que la verdad en todo este asunto no es ni demasiado profunda ni demasiado difícil de descubrir. La Justicia propia es una barrera efectiva al favor de Dios porque lleva al pecador a apoyarse en sus propios méritos y lo excluye de la Imputación de la justicia de Cristo. Y es necesario ser un pecador confeso y conscientemente perdido para el acto de la recepción de la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Esto lo admitimos gozosamente y lo proclamamos constantemente, pero he aquí la verdad que ha sido pasada por alto en nuestros días: Un pecador no puede entrar en el reino de Dios. Los pasajes bíblicos que declaran esto son demasiados y demasiado conocidos para que