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Mostrando entradas de marzo, 2013

LA ESCORIA DEL MUNDO

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Platicando con un amigo sobre su experiencia en el ministerio y como de manera automática cuando decidió cambiar su predicación y su forma de hacer la obra del Ministerio a la que había sido enseñado, inmediatamente  le dejaron de hablar sus compañeros del ministerio, se sentía como un “bicho raro” (palabras literales de él) algo así como un “apestado” alguien que huele mal y que no deseas estar cerca por su misma condición. Incluso, dentro de su propia familia percibía un rechazo. Era algo que simplemente no lo podía creer. ¿Su pecado…? Decidió predicar la Palabra de Dios tal y como está escrita. Ese fue su pecado. Fue convencido por el Espíritu Santo de que   había estado predicando una verdad a medias, que lo que había estado haciendo no era lo que Dios esperaba de él como ministro y que estaba en el error.   Y precisamente al escuchar esto recordé lo que el apóstol Pablo escribió a los Corintios: 1 Corintios  4:9-13  Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nos

Cuando sobran las palabras...

Eclesiastés  5:1-7     Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.  :2  No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.  :3  Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.  :4  Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.  :5  Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.  :6  No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?  :7  Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios.  Debo confesarlo. le he ofrecido a Dios el sacrificio de l