MI PUEBLO NO ENTIENDE





En el libro de Isaías encontramos el siguiente mensaje del Señor a su pueblo:

Isaías  1:2 Así dice el Señor: «Ustedes, los cielos, ¡oigan! Y tú, tierra, ¡escucha! He criado hijos, los he visto crecer, pero ellos han pecado contra mí.
 :3 El buey conoce a su dueño, y el asno conoce el pesebre de su amo, pero Israel no entiende; ¡mi pueblo no tiene entendimiento!»

El reproche del Señor hacia su pueblo es muy claro. ¡HAN PECADO CONTRA EL SEÑOR Y NO TIENEN ENTENDIMIENTO! Una cosa lleva a la otra. La palabra que usa el hebreo “ENTENDIMIENTO”  es:


bîn que significa  «comprender, ser capaz, actuar sabiamente, considerar, prestar atención, tomar en cuenta, notar, discernir, percibir, indagar». Strong.

Bîn aparece en Jeremías _9:12 con el significado de «entender»: «¿Quién es el hombre sabio que entienda esto?» En Job_6:30 el vocablo significa «discernir» y en Deu_32:7 quiere decir «considerar».

Entonces, entendemos que el pueblo de Israel fue un pueblo que peco contra el Señor, pero aunado a eso, se podría decir que no tenían DISCERNIMIENTO, SABIDURÍA, PERCIBIMIENTO DE LAS COSAS. No eran capaces de percibir lo que El Señor quería para ellos como nación.

El día de hoy se podría decir prácticamente lo mismo del cristianismo que se enseña en muchos lugares. Un cristianismo tan falto de consideración, sabiduría, discernimiento. Es verdaderamente lamentable que se pierda más tiempo en hacer eventos, conciertos y todo tipo de actividad en donde brilla por su ausencia el discernimiento y que decir de las redes sociales en donde se puede reflejar lo poco o nulo de discernimiento que hay en muchos cristianos, apoyando todo tipo de predicación  o enseñanza herética.

Quien lo diría. Los hijos, herederos del libro (la biblia) más importante y relevante del mundo, la Palabra viva del Señor, son los que menos se dan el tiempo para leerla, meditarla, escudriñarla, de tal manera que lo más “normal” es sacar cada uno sus propias conclusiones sobre cualquier asunto sin ni siquiera ir a la Palabra para cotejar que lo que estamos diciendo o pensando es correcto.

No hay duda porque vemos un cristianismo que se conforma con escuchar todo tipo de enseñanza y doctrina, sin necesidad de discernir y juzgar, si lo que se dice es verdad o no.

El buey y el asno, animales de carga y usados para trabajos pesados y rudos, que se podían considerar sin ningún tipo de entendimiento, son más entendidos que los mismos hijos. Eso es lo que esta pasando a esta presente generación. Eso es lo que El Señor esta realmente tratando de decirle a Israel. ¿Cómo era posible que estos dos animales fueran más entendidos que sus propios hijos? De eso se trataba este mensaje. ¡Necesitamos urgentemente volver a la Palabra y dejar que el conocimiento de ella, nos ayude a discernir, percibir y entender lo que El Señor quiere! De otra manera , seremos menos que un buey o un asno, siempre llevados por cualquier viento de doctrina.

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