LA VERDADERA PAZ
«Aceptar» a Jesús sin exigir la transformación del hombre o de la mujer da como resultado rechazar al Cristo del Nuevo Testamento. Por todo el país hay evangelistas que proclaman el mensaje «Acepten a Jesús», que en nuestros días no pasa de ser un muerto teológico, una voz desde la tumba que no significa nada para esta generación.
O bien confiamos en nosotros mismos y gozamos de una falsa paz, o tenemos problemas, oramos en medio de ellos y descubrimos la verdadera paz. Hoy día la mayoría de creyentes confiía en sí misma, y goza de una paz engañosa. Si hicieran lo que enseña la Biblia, se preocuparían y se alarmarían al ver cómo son, y se acercarían a Dios con una Biblia abierta, permitiendo que ésta los diseccionara y los reconstruyese, dándoles paz. Y la paz que obtiene alguien cuando lo diseccionan el Espíritu Santo y su espada, que es la Palabra, es una paz legítima.
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