EL EQUILIBRIO

Uno de los aspectos  que más escuchamos en las iglesias es la falta de equilibrio o balance que se debe de tener cuando tratamos casos dentro de la misma, y el problema radica en que desafortunadamente somos personas que tendemos a ser muy duros cuando tratamos aspectos de terceros,pero, bastante suaves cuando tratamos asuntos de nosotros o de personas cercanas. esto era exactamente lo que los fariseos hacían. Ellos eran muy duros con la gente y les imponían cargas tan pesadas que ellos ni con un dedo las trataban de llevar. Por un lado encontramos a aquellos que tienen un gran “celo” por las cosas de Dios y quieren hacer las cosas al “pie de la letra” y por otro lado, están aquellos que sin entender se excusan en la “Gracia de Dios” y les parece que todo es una fiesta y que sin importar nada hacen todo tipo de cosas, dejando al evangelio por los suelos. 

La tarea es difícil para el pastor y los líderes, pero, es precisamente este grupo de personas las que deben de enseñar y llevar a la práctica el equilibrio que las escrituras nos dan, para poder tratar los asuntos de la iglesia y como resultado, ver como los problemas se vuelven fáciles, aplicando una dosis de equilibrio, que dicho sea de paso, la escritura nos enseña. 

Por otro lado, si cada uno de nosotros lleváramos a la práctica el equilibrio y el balance en nuestras propias vidas y en nuestros hogares las cosas serían mucho más sencillas y podríamos ayudar a otros que se encuentran en necesidad, aligerando la carga a los líderes y pastores. 

La mayoría de las veces que personalmente he tratado asuntos dentro y fuera de la iglesia, tienen que ver con este aspecto y es sorprendente ver la cara que ponen algunas personas cuando les doy mi opinión sobre algún problema. he notado que la gente se inclina sobre un lado o sobre el otro. está en nosotros, es parte de nuestra naturaleza y por eso debemos de prestar atención y ponernos en el lugar de la  persona que estamos aconsejando. Eso fue lo que el apóstol Pablo enseñó a los gálatas y a los corintios en sus epístolas. Así que apliquemos la Gracia y la Verdad cada vez que tratemos un asunto, pensando que todos estamos propensos a caer y a cometer errores y solo equilibrando, podremos ser útiles.