“TIEMPO DE GUARDAR SILENCIO”
“TIEMPO DE GUARDAR SILENCIO”
En Muchas de nuestras circunstancias en la vida nos
apresuramos a pedirle a Dios una respuesta sobre algún asunto de tipo personal,
congregacional, de salud, restauración de alguna persona, etc. muchas veces la respuesta
del Señor llega y otras no. Pero lo que muchas veces no entendemos es que existen tiempos en los que simplemente hay
que guardar silencio, enmudecer.
Esto es lo que el salmista David escribe en el salmo
37:7a.
“Guarda
silencio ante Jehová, y espera en él.”
No
pareciera la respuesta más “ortodoxa” o la que recomendaríamos a alguien Que nos pidiera un consejo. Pero sin embargo es algo que El Señor dice que Debemos
hacer en algunas circunstancias. Probablemente alguno de los que leen Este
artículo estará pasando por algún momento de prueba o en busca de una Respuesta
de parte de Dios y lo ha buscado incesantemente y pareciera que como Al
rey Saúl que buscaba palabra de Dios por todos los medios y no le respondía (Debo
aclarar que las circunstancias de este
rey fueron muy diferentes por las Que
El Señor no le respondió) pero tal vez es tiempo de callar, de guardar silencio Y
esperar en el. La palabra hebrea que se
usa aquí es:
damám
que en su raíz primar significa
ser mudo; por implicación quedarse azorado, detenerse; acallar, callar, cesar, descanso, ser
destruido, detener, enmudecer, esperar, guardar silencio, hacer callar, morir,
mudo, parar, perecer, reposar, sosegar.
Es un tiempo de callar, de
cesar, de detenernos, de enmudecer, de guardar silencio. Simple y llanamente
enmudecer y esperar que El Señor haga lo que él desea. Uno de los momentos
clave en la historia de Israel fue el tiempo de Nehemías. El pueblo estaba
regresando del exilio y dice la Palabra que la primera reacción de Nehemías
lejos de ser la de “actuar y tomar las herramientas” fue la de simplemente después
de 3 DIAS guardar silencio y cabalgar en
medio de las ruinas sin hacer absolutamente nada. (Aparentemente)
Nehemías 2:11-16
Llegué,
pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días,
:12 me
levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno
lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura
conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba.
:13 Y salí
de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del
Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas
que estaban consumidas por el fuego.
:14 Pasé
luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por
donde pasase la cabalgadura en que iba.
:15 Y subí
de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la
puerta del Valle, y me volví.
:16 Y no
sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta
entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y
oficiales, ni a los demás que hacían la obra.
Sucede que muchas veces es un tiempo que Dios
en su Soberanía e infinita sabiduría incomprensible para nosotros y nuestra
mente finita, obra. Es un tiempo de
simplemente guardar silencio y esperar en el. En medio del silencio el carácter,
las ideas, nuestra visión se aclara.
¡Gracias Señor porque en
medio del silencio y la espera tu estas haciendo grandes cosas en nosotros, por
nosotros y para nosotros para que tu tengas toda la Gloria al final!
Excelente Luis... Muy bueno y cierto...
ResponderEliminarEl Señor te continúe usando para Su gloria.
"Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra" (Salmo 46:10)
¡Amén Luis!¡Al Cordero sea la Gloria!
Eliminar¡Saludos!