Peleando en nuestras fuerzas...




La vida cristiana no fue diseñada por Dios para vivirla en nuestras fuerzas. En la segunda carta a los corintios el apóstol Pablo habla del estilo de vida y de las armas que como hijos de Dios utilizaba para presentar el evangelio y derribar argumentos.

2 Corintios  10:3  Es verdad que vivimos en este mundo, pero no actuamos como todo el mundo,
:4  ni luchamos con las armas de este mundo. Al contrario, usamos el poder de Dios para destruir las fuerzas del mal, las acusaciones

En el verso 3 el habla de una verdad espiritual muy importante. VIVIMOS EN ESTE MUNDO, PERO NO ACTUAMOS COMO EL MUNDO. Algo muy parecido lo dijo el Señor pocas horas antes de morir en Juan 17
Juan 17:16  Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son.

La manera en que hacemos nuestras batallas no es por medio de armas humanas o carnales. Como lo define el diccionario VINE  cuando habla de las armas carnales.

Carnales
sarkikos
(a) posesión de la naturaleza de la carne, sensual, controlado por los apetitos animales, gobernados por la naturaleza humana, y no por el Espíritu de Dios (1Co_3:3; para 1Co_3:1, véase más abajo; algunos mss. tienen este vocablo en 1Co_3:4); teniendo su asiento en la naturaleza animal, o siendo excitado por ella (1Pe_2:11 : «carnal»); o como equivalente de «humano», con la idea adicional de debilidad, figuradamente de las armas de la guerra espiritual (2Co_10:4 : «no son carnales»); o con la idea de ausencia de espiritualidad, de sabiduría humana (2Co_1:12; VM: «carnal»);
(b) perteneciente a la carne, esto es, al cuerpo humano (Rom_15:27; 1Co_9:11).

Nuestra forma de vivir y de actuar debe ser espiritual. Como también lo dice Pablo en su epístola a los Gálatas.
Gálatas  5:16,17.
 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.
:17 La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones.

 Una vez que hemos entendido esto, nuestro proceder debe ser diferente. Si estás pasando por algún problema, dificultad o necesidad  y no has conseguido nada, seguramente es porque lo estás haciendo en tus fuerzas. Dice el Salmo 127:1,2.

Salmos 127: 1 Si el SEÑOR no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el SEÑOR no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada.
Sal 127:2 Es inútil que te esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados.

 Es muy común que tratemos de usar nuestros recursos para lograr lo que nosotros creemos que es la respuesta. Pero, como dice un proverbio chino: “si caes en un hoyo, lo peor que puedes hacer es cavar” eso es exactamente lo que hacemos. En nuestro afán de “lograr algo” o “ayudar a Dios” hacemos el hoyo más profundo.
¿Qué debemos hacer entonces?
Dejar en las manos de Dios la situación. Algo que aprendemos en nuestro caminar con Dios, es que nosotros hacemos lo que está a nuestro alcance y lo que esta fuera de él lo dejamos a Dios. Es en vano tratar de darle una solución a algo que solo Dios puede lograr.

Utiliza los medios de gracia que Dios ha diseñado para poder entender que él tiene el control.  
1.       El ayuno
2.       La oración
3.       La meditación de la palabra

Cuando oramos o ayunamos, no lo hacemos para cambiar a Dios, sino para que se haga su voluntad y para que NOSOTROS ajustemos nuestra mente y corazón al suyo.

Finalmente. Recordemos que pase lo que pase, Dios permite que las cosas sucedan en sus grandes propósitos con un fin más elevado. Su Gloria.

Romanos  8:28
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen* para el bien de los que lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.


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