¿SANA DOCTRINA SINÓNIMO DE GARANTÍA?


Frecuentemente leemos "sana doctrina" como sinónimo de garantía de una persona o iglesia. ¿Pero es esto cierto? ¿Podemos confiar en que sólo por el hecho de predicar o tener sana doctrina será un lugar seguro? realmente no. de hecho la historia nos dice que las denominaciones cristianas con una sana doctrina son aquellas que el día de hoy han cedido a las más grandes herejías o errores. El simple hecho de tener o creer sana doctrina no me salva o guarda del error. Sin embargo, la Biblia si nos dice lo que debemos de hacer para permanecer siempre fieles a la verdad y a la vez no perder el amor y pasión por El Señor que es lo que mucho ha dañado a la sana doctrina.
En el libro de Apocalipsis se nos describe a una iglesia que se distinguía por ser SANA doctrinalmente hablando. La iglesia de EFESO.

“Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Éfeso. Este es el mensaje de aquel que tiene las siete estrellas en la mano derecha, del que camina en medio de los siete candelabros de oro: »Yo sé todo lo que haces. He visto tu arduo trabajo y tu paciencia con perseverancia. Sé que no toleras a la gente malvada. Has puesto a prueba las pretensiones de esos que dicen ser apóstoles pero no lo son. Has descubierto que son mentirosos. Has sufrido por mi nombre con paciencia sin darte por vencido. »Pero tengo una queja en tu contra. ¡No me amas a mí ni se aman entre ustedes como al principio! ¡Mira hasta dónde has caído! Vuélvete a mí y haz las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, vendré y quitaré tu candelabro de su lugar entre las iglesias; pero tienes esto a tu favor: odias las obras malvadas de los nicolaítas, al igual que yo. »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. A todos los que salgan vencedores, les daré del fruto del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios. (Apocalipsis 2:1-7 NTV)”

Estaremos todos de acuerdo en que esta iglesia era lo que llamaríamos una IGLESIA MODELO Y DE SANA DOCTRINA. Estoy seguro que si el internet hubiera existido con toda razón ellos podrían escribir en su portal IGLESIA DE EFESO, SANA DOCTRINA. Pero leamos lo que El Señor Jesús les dice a este grupo de cristianos. William Hendriksen escribe lo siguiente en su comentario:

Jesús habla con autoridad y espera que sus siervos de la palabra sean sus embajadores.
 «Conozco tu obra, tu duro trabajo y tu paciente resistencia, y que no puedes soportar a los malvados; y has puesto a prueba a quienes se llaman apóstoles pero no lo son, y has encontrado que son mentirosos».
 «Conozco tu obra, tu duro trabajo y tu paciente resistencia».
Jesús no dice que simplemente sabe de sus obras; afirma que tiene un conocimiento minucioso de todo lo que hacen, porque nada se escapa de su atención. Alaba a los efesios, como resulta patente por los tres sustantivos obras, trabajo y paciente resistencia. También el pronombre posesivo tu es significativo, y con su repetición se enfatiza su labor y actitud. Este pronombre está en singular. El empleo del singular significa que el pastor al que Jesús se dirige es responsable por el bienestar espiritual de la iglesia. Pero también con este singular Jesús habla a cada uno de los miembros individuales de la iglesia.
El sustantivo obra lo incluye todo y se puede interpretar en el sentido de acciones tanto buenas como malas. En este caso se insiste más en el aspecto positivo del término que en el negativo. Las buenas obras consisten por un lado en el trabajo y por el otro en la paciente resistencia. El trabajo incluye tanto lo físico como lo mental, ya que ambos suelen exigir y agotar (comparar con He. 6:10; 10:32–34). Oponerse a los malos, a los falsos apóstoles y a los nicolaítas en la comunidad sin duda fatigaba a los miembros de la iglesia en Éfeso. Su actitud era de paciente resistencia y de perseverancia frente al conflicto espiritual. A propósito, el término griego jupomonē, que he traducido como «paciente resistencia», se encuentra siete veces en Apocalipsis y en todas ellas se refiere a la perseverancia de los santos (1:9; 2:2, 3, 19; 3:10; 13:10; 14:12). ¿Qué es paciente resistencia? Es una cualidad interna que se expresa en la espera de Jesús, en cuya ausencia el creyente da testimonio de él en forma perseverante hasta el punto de sufrir la muerte a causa de la persecución.  «Y que no puedes soportar a los malvados». El cristiano que hace buenas obras por medio de su esfuerzo externo y su paciencia interna es incapaz de soportar las acciones de los malos con quienes convive. El verbo griego dunē, se traduce aquí como «puedes» en singular. Es decir, la persona cuyo corazón está verdaderamente dedicado a servir al Señor no da cabida al mal y a quienes en forma voluntaria lo hacen. La máxima de que Dios ama al pecador pero odia el pecado es válida y tiene aplicación en este pasaje. Pero el seguidor de Cristo no puede tolerar a los malvados que se niegan a arrepentirse para seguir haciendo el mal.
¿Quiénes son esos malvados? Si observamos el típico paralelismo hebreo que se utiliza para poner de relieve o aclarar un punto, vemos que la respuesta está en la segunda parte de este versículo, a saber, los falsos apóstoles. Juan no transmite la idea de dos clases diferentes de malvados, sino de una. Los mentirosos son los malvados.  «Y has puesto a prueba a quienes se llaman apóstoles pero no lo son, y has encontrado que son mentirosos». Los cristianos efesios se encontraban con misioneros itinerantes que ingresaban a la iglesia y con todo descaro se llamaban apóstoles. Pero los seguidores de Cristo los ponían a prueba para descubrir que eran falsos. Estos así llamados apóstoles predicaban un evangelio que no era el de Cristo; no los había nombrado Jesús; y carecían de autoridad para servir a toda la iglesia (ver 2 Co. 11:13).12 En  tiempos de Pablo, llegaban falsos apóstoles con recomendaciones fraudulentas y exigían que demostrara su condición de apóstol dándoles una carta de recomendación (2 Co. 3:1). Sin embargo, Pablo expuso los distintivos del apóstol, a saber, predicar a Jesús y su evangelio; hacer señales, maravillas y milagros, y hacerlos con perseverancia (2 Co. 11:4; 12:12). Los efesios sometieron a prueba la doctrina y las obras de estos apóstoles y descubrieron que se trataba de impostores. Como Jesús menciona a los nicolaítas en forma específica (v. 6) y registra su presencia también en la iglesia en Pérgamo (2:15), no resulta del todo irreal la sugerencia de que estas personas eran los falsos apóstoles. Sin embargo, no estamos seguros de que procedieran de Palestina o de que los enviaran los judaizantes. Llegaron con pretensiones y alardes, para encontrarse con el rechazo total de los efesios, quienes odiaban sus prácticas. Los llamaban mentirosos.
 «Y has soportado y tenido tolerancia por mi nombre y no te has desanimado».
a. Composición estilística. Aunque lo es mucho más en griego, incluso al traducirse, resulta llamativa la repetición de las mismas palabras. Adviértanse los términos has soportado y tolerancia en este versículo; también se encontraron en el versículo precedente en la traducción «paciente resistencia» y «sopor tar». Al final de este versículo Juan escribe la frase no te has desanimado, que tiene la misma connotación que el sustantivo «trabajo» (v. 2).
 Alabanza. Jesús alabó a la iglesia en Éfeso por sus obras, duro trabajo, perseverancia, poner a prueba la falsa doctrina, y llamar mentirosos a los maestros intrusos. Ahora sintetiza la posición de los efesios alabándolos por su perseverancia en soportar dificultades por su nombre. Estas palabras deberían interpretarse como una referencia a la acción disciplinaria que la iglesia tomó con referencia a los intrusos. Les prohibieron entrar en la iglesia y con ello dieron un ejemplo a las otras iglesias para que se comportaran igual. Pero las congregaciones en Pérgamo y Tiatira no llegaron a expulsar a los entrometidos (2:15).
 Nombre. Que un cristiano dé testimonio de Jesús no significa tanto como la persona de Cristo. El nombre cristiano implica que uno pertenece a Cristo y se identifica de pleno con él. Esto quiere decir que si alguien ataca a un cristiano, ataca a Cristo mismo (Hch. 9:4). Lo opuesto también es cierto: cuando alguien ataca a Cristo, ofende al cristiano. «Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa en ustedes» (1 P. 4:14). Si las personas rechazan la predicación del evangelio, endurecen su corazón contra Cristo. Cuando atacan su nombre, menosprecian su honor y pecan contra el mandamiento de no pronunciar el nombre de Dios en vano (Éx. 20:7; Dt. 5:11). Asimismo,  los cristianos que no defienden el nombre de Jesús son igualmente culpables a los ojos de Dios. Los creyentes en Éfeso eran celosos de ese nombre y no se cansaban de promover su honor. Frente al lema «el César es señor», afirmaban con valentía que «Jesús es el Señor». Al honrar el nombre de Cristo y soportar con valentía persecución y dificultades, los efesios demostraban que no se habían desanimado en su vida espiritual.
 Reproche
2:4–5
4. «Pero tengo esto en contra tuya, que has abandonado tu primer amor».
En lugar de continuar con sus palabras de alabanza para la iglesia líder en la provincia de Asia, Jesús castigó y advirtió a los cristianos efesios. A pesar de sus incesantes esfuerzos por oponerse a los malvados que habían ingresado a la iglesia para corromper a sus miembros, por perseverar sin cansarse y por sobrellevar dificultades por el nombre de Cristo, algo andaba mal en Éfeso. Ya no seguían demostrando el amor a Cristo que tuvieron en los primeros años de su vida cristiana. Eran los días en que Pablo, por un período de tres años, predicaba lo que les resultaba útil y les enseñaba públicamente de casa en casa (Hch. 20:20–21, 31). Alrededor de una década más tarde, Pablo escribió a Timoteo, quien era pastor en Éfeso, y le dijo que amar con corazón puro, una buena conciencia y fe sincera es el propósito de la obra de Dios entre ellos. Mencionó que algunos maestros falsos en la congregación se dedicaban a mitos y genealogías sin fin en lugar de a las exigencias del amor (1 Ti. 1:4–6). ¿Es este amor de unos por otros en la iglesia en Éfeso o es el amor del cristiano por el Señor? Jesús mismo da la respuesta sintetizando el decálogo diciendo, «‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con todo tu ser y con toda tu mente.’ Este es el primero y el más importante de los mandamientos. Y el segundo se parece a éste: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas» (Mt. 22:37–40). Con respecto al decálogo, Dios es primero y luego los suyos, y lo mismo hay que decir con respecto a la oración del Señor. El amor genuino por Dios conduce en forma instintiva a expresar amor por el prójimo, mientras que amar al prójimo es una expresión de amor por Dios. Cuando Jesús dice que los efesios han perdido su primer amor, no quiere decir que estén viviendo y trabajando sin amar a Dios o a su prójimo. Enfatiza el adjetivo primer. En efecto, la traducción literal dice, «Has dejado tu amor, el primer [amor]». Ha desaparecido en la congregación el color verde brillante de la primavera, y ahora prevalecen los matices evanescentes característicos de la primera fase del otoño. Para decirlo con otras palabras, la iglesia que Jesús se dirigió no consistía de creyentes de primera generación sino de cristianos de segunda y tercera generación. Estas personas carecían del entusiasmo que habían demostrado sus padres y abuelos. Funcionaban no como propagadores de la fe sino como cuidadores y custodios. Había una deficiencia obvia en expansión evangelística como consecuencia de una forma conservadora de pensar. Amaban a su Señor pero ya no con el corazón, alma y mente.
La primera generación hizo esfuerzos extraordinarios de modo que en Éfeso «la palabra de Dios crecía y se difundía con poder arrollador» (Hch. 19:20). En años posteriores, Pablo les dirigió una carta y los alabó por su fe en el Señor Jesús y su amor por los demás cristianos (Ef. 1:15). Los hijos y nietos de estas personas se oponían a la herejía y demostraban que perseveraban en satisfacer las necesidades de la iglesia, pero se quedaban cortos en cuanto al entusiasmo genuino por el Señor.
5. «Por tanto, recuerda el lugar desde el que has caído, arrepiéntete y realiza las obras que hacías
al principio. De no ser así, iré hasta ti y quitaré tu candelabro de su lugar, a no ser que te arrepientas ».
 Gramática. En este versículo son diferentes los tiempos verbales en griego con el fin de enfatizar Las acciones sucesivas de los efesios. Primero, hay el mandato de recordar, que se da en tiempo presente como «sigue recordando». Luego el verbo has caído en tiempo perfecto indica que ha trascurrido un tiempo considerable desde que comenzó el deterioro. De paso, el tiempo parece apoyar no la fecha temprana de Apocalipsis sino la tardía. Luego, el mandato de arrepentirse está en tiempo aoristo, lo cual significa una sola acción que debe durar de una vez por todas. Cuarto, lo mismo se debe decir del mandato de realizar las obras que hacían antes: su arrepentimiento debe acompañar a su decisión de trabajar con el mismo entusiasmo que sus predecesores. Quinto, la amenaza iré, aunque se traduce como futuro, está de hecho en tiempo presente para indicar acción inmediata. Sexto, el verbo quitaré en futuro indicativo denota que la amenaza no es una posibilidad sino una certeza en caso de no arrepentirse. Y por último, el verbo arrepientas, en la segunda frase, se incluye como cláusula de salida.
Mandato. El Señor no sólo señala sus deficiencias; también les muestra cómo corregirlas. Después de criticar en forma negativa su situación espiritual, manda de manera positiva que la restauren. Deben recordar sin cesar su antigua posición pasando revista a su propia historia eclesiástica y recordando lo que sus antepasados habían hecho en la iglesia cuarenta años antes; y al recordar su historia, deben reconocer que han empeorado. Se ha evaporado el esplendor de su ardor espiritual. En realidad, su mediocre desempeño los ha hecho perder un lugar prominente en medio de las iglesias. Han caído de su elevada posición anterior y han perdido prestigio moral.
Cuando Jesús dice, «realiza las obras que hacías al principio», tiene en mente no las obras que los efesios habían estado realizando todo el tiempo sino más bien las obras de amor por Cristo. Se enfatiza no la palabra obras sino el término al principio. De igual modo que Jesús preguntó a Pedro a orillas del mar de Galilea, «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» (Jn. 21:15), les pide a los creyentes de Éfeso su dedicación incondicional. Para ello deben cambiar su estilo de vida, o sea, deben arrepentirse y dar un giro de 180 grados.
Amenaza. Sin embargo, si no responden a la repetida invitación de Jesús a arrepentirse, el Señor tomará medidas drásticas. Va a venir y ya está en camino para visitarlos; no esperará hasta su venida en la consumación. E incluso antes de su venida final, los efesios ya no serán una iglesia.14 Jesús quitará el candelabro de donde está, lo cual significa que como congregación experimentarán un oscurecimiento espiritual completo. Una iglesia deja de serlo cuando ya no sirve a su maestro con amor y dedicación genuinos. Hay evidencia objetiva en el sentido de que el cristianismo nominal muere de muerte natural en el plazo de una o dos generaciones y, por consiguiente, desaparece por completo de la escena.Quizá los miembros sigan reuniéndose, pero lo hacen con fines sociales y no espirituales. Una década después de que Juan escribiera Apocalipsis, Ignacio escribió una carta a la iglesia en Éfeso en la que alababa a los cristianos locales por su paciente perseverancia y su resistencia ante el engaño. Comenta que algunas personas de Siria han pasado por Éfeso con enseñanzas malas pero que los efesios se han negado a escucharlas. Los alaba por ser de una sola mente con los apóstoles en el poder de Jesucristo.Al parecer, los cristianos habían tomado en serio las palabras de Jesús.

Que el Señor nos ayude a mantener un amor siempre por El Señor y su Palabra y como consecuencia con una sana doctrina. 

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