La vida crucificada,es una vida solitaria
"Prefiero caminar solo en aguas turbias con Cristo, que en aguas quietas acompañado de muchos hombres"
Hay algunas cosas en la vida que debemos hacer por nosotros mismos. Nadie puede ayudarnos. Nadie puede asistirnos a lo largo del camino. Por eso hubo un quiebre en los círculos evangélicos de hoy. Querernos descansar uno en el otro. Querernos experimentar el "ministerio de ayuda". No somos nada a menos que tengamos una muchedumbre a nuestro alrededor, y no comprendemos que penetrar en la presencia misma de Dios es un viaje muy solitario.
Cuando Jacob se encontró con Dios en Peniel. Lo hizo solo.
«Durante la noche, Jacob se levantó y tomó a sus dos esposas, a sus dos mujeres esclavas y a sus once hijos, y cruzó el río Jaboc con ellos. Después de llevarlos a la otra orilla, hizo pasar todas sus pertenencias. Entonces Jacob se quedó solo en el campamento, y llegó un hombre y luchó con él hasta el amanecer.»
Génesis 32:22-24
Aunque puedan existir muchos compañeros a lo largo del camino mientras vivimos la vida crucificada, nadie puede experimentar nuestras experiencias por nosotros. Además, nosotros no podemos experimentar las experiencias de alguien más. Esto simplemente se reduce a Dios y nosotros.
Y cuando entramos en su presencia, lo hacernos nosotros solos. El compañerismo cristiano es maravilloso, pero llega un momento en que aun eso se vuelve un obstáculo. Usted estará solo aun cuando lo rodee una multitud.
Usted quizá quiera ayudar a otros; hágalo hasta donde pueda, pero Dios quiere que se abra camino hacia donde no hay ninguna luz natural que lo ayude. Usted no puede confiar en nada natural cuando está en presencia de Dios.
A.W Tozer.
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