¿De Cuál “Pecado” Hablas?
Cuando David pecó con Betsabé, violó cada uno de los Diez Mandamientos. Codició la mujer de su prójimo, vivió una mentira, se la robó, cometió adulterio, mató a su marido, deshonró a sus padres y así violó los cuatro Mandamientos restantes en su relación con Dios. Por eso, Dios envió al profeta Natán para reprenderlo (véase 2 Samuel 12:1–13).
El orden en que se presentó la reprensión es altamente significativo. Natán le presentó a David, el pastor de Israel, una parábola acerca de algo que él podía entender—ovejas. Natán comenzó con la esfera natural en lugar de exponer de inmediato el pecado del rey. Relató una historia acerca de un hombre rico que, en lugar de tomar una oveja de su propio rebaño, mató a la oveja favorita de un hombre pobre para dar de comer a un viajero.
David se indignó y se irguió sobre su alto trono de justicia propia. Manifestó su conocimiento de la ley al decir que el culpable debía restaurar cuatro tantos por el cordero y debía morir por su delito. Entonces Natán expuso el pecado que había cometido el rey al tomar el “cordero” de otro hombre, diciendo: “¡Tú eres aquel hombre! . . . ¿Por qué tuviste en poco la palabra de Jehová haciendo la malo delante de sus ojos?” Cuando David exclamó: “Pequé contra Jehová,” entonces el profeta le presentó la gracia y dijo: “Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.”
Imagina que Natán, temiendo el rechazo, hubiera decidido cambiar las cosas un poco y hubiera agregado un poco de sus propias ideas. Le hubiera dicho al rey: “Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida. Sin embargo, hay algo que impide que disfrutes de este plan maravilloso; es el pecado.”
Imagina que hubiera pasado por alto la naturaleza personal del pecado de David, diciendo únicamente que todos los hombres han pecado y están destituidos de la gloria de Dios. La reacción de David pudiera haber sido: “¿De qué ‘pecado’ estás hablando?” en lugar de reconocer su terrible transgresión. Analízalo. ¿Por qué había de decir: “Pequé contra Jehová” después de escuchar un mensaje como ese? Más bien, con un sincero deseo de experimentar este “plan maravilloso,” pudiera haber reconocido que él, como todos los hombres, había pecado y estaba destituido de la gloria de Dios.
Si David no se hubiera visto obligado a temblar bajo la ira de la Ley, el profeta hubiera eliminado el único medio para producir la “tristeza que es según Dios,” tan necesaria para el arrepentimiento de David. La convicción de pecado es la que produce tristeza que es según Dios y ésa a su vez produce “arrepentimiento para salvación” (2 Corintios 7:10). Fue el peso de la culpa personal de David la que hizo que exclamara “Pequé contra Jehová.” La Ley fue la que hizo que trabajara y estuviera cargado; le hizo tener hambre y sed de justicia. Lo iluminó respecto a la naturaleza seria del pecado delante de Dios.
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