LA CONGRUENCIA Y LA COHERENCIA EN EL MINISTERIO. ALGO QUE DEBEMOS DE PONER ATENCIÓN.



Estaba leyendo una revista cristiana en donde se hablaba de aquel famoso predicador Jimmy Swaggart. En este artículo se hablaba de los inicios de este predicador. Su infancia, su adolescencia, su juventud, y su paso a convertirse en el predicador más influyente en los Estado Unidos en los años 80's y su terrible final. 

Algo que me llamaba poderosamente la atención, era la manera en este hombre comenzó su ministerio. siendo radical en sus posturas, era un hombre que ¡hasta los políticos en la Casa Blanca le tenían respeto y miedo! Era un hombre insobornable, impecable, una voz profética en el mundo evangélico. Pero eso solo era una fachada. Era una escenografía montada sobre un escenario. Una de las estrategias que Swaggart utilizó fue exponer los errores o pecados de otros ministros con el único fin de llamar la atención y publicidad para sí mismo, haciéndole creer a la gente que el SI cumplía y que el SI era santo y no como los demás. 

Swaggart fue astuto, sagaz, sabía en que momento hacerse "amigos" de los demás y cuando marcar su distancia. Todo giraba alrededor de "su imagen" "su ministerio" cuando "desenmascaró" a Jimmy Bakker por sus escándalos financieros y sexuales, todos lo aplaudieron ya que para muchos era el hombre intachable, el verdadero, el único.   Era intocable, era la figura mas relevante del país, miles de seguidores lo veneraban en las apariciones publicas y varios millones escuchaban fielmente sus predicaciones dispuestos a seguir sus enseñanzas al pie de la letra.

 habiendo sido uno de los mas elocuentes acusadores en el juicio público que había terminado con el prestigio eclesiástico de sus colegas, quizá llegó a pensar que el mismo se había convertido en un juez no sometido al escrutinio.   sea como fuere, se equivocó. si estaba siendo vigilado. dentro de la congregación habían circulado algunas habladurías. solo eran eso. habladurías. nunca se  había puesto nadie a ver si eran verdad o mentira. nunca habían trascendido de sus círculos mas cercanos, donde apenas se mencionaba. 

fue el 21 de Febrero de 1988 cuando Swaggart tuvo que admitir que había frecuentado a una prostituta y que había adulterado. toda su influencia sobre millones se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.llevaba tantos años como implacable justiciero de la moral, que el público  decidió  ser igual de implacable con el. 

su figura imponente ya no causaba respeto- un respeto mas bien consistente en ser "señalado" por su dedo acusador-nunca pudo recuperar su antiguo estatus mediático, desde luego,  pero ahí sigue, todavía  tiene seguidores.continua siendo millonario, sigue viviendo en una lujosa mansión sureña, mientras cuida una fortuna repartida  en inversiones de todo tipo,  y saca provecho de las exención de impuestos que se aplica a las actividades religiosas en los Estados Unidos. 

¿Qué podemos  aprender de esto? mucho. Swaggart fue un hombre que verdaderamente comenzó con un deseo sincero de poner el dedo en la llaga. fue alguien incomodo para muchos, pero con el tiempo se volvió un hombre incongruente. lo que predicaba. no lo vivía. fue incoherente. eso sucede mucho. muchos predicadores se tornan duros y tajantes con los demás, pero nunca son tajantes con ellos mismos. debemos de ser congruentes y  coherentes en nuestras vidas. que lo que predicamos en el púlpito, lo vivamos en primer lugar nosotros en nuestras propias vidas.de otra manera el Evangelio, pierde su sabor y si lo pierde ¿Con qué se  podrá salar? 

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